statement

Statement art. 

                                                                                                                              Mari Luz Gil Monsalve

Nací y crecí en un sector popular de la ciudad de Medellín, El barrio París, premonitorio, la ciudad Luz, la ciudad del arte, la ciudad de la moda. Desde niña fui descuidada con respecto a la estética o al canon estético de lo que se supone una mujer debe reflejar, un precepto social impuesto. Siempre me he preguntado por que todas las mujeres que me rodeaban seguían esos paradigmas. A mi el hecho de no seguir en la fila, en el molde, me puso en la posición de ser juzgada, hasta decían que era lesbiana, otras épocas otras tolerancias, no le di importancia.

Mi pregunta era: por qué soy tan diferente a ellas? Me resistía a seguir esos clichés estéticos femeninos, pero al mismo tiempo no dejaba de lado el hecho de que soy mujer vanidosa y me gusta verme delicada, femenina y bella, y si todo eso se podía lograr con el vestuario, sentía que todas iban en dirección contraria y yo no quería verme así, prefería seguir pareciendo lo que yo era, una Marimacha, de pronto, cosa que no me ofendía.

No pretendo juzgar como las mujeres se visten para verse bellas o para sentirse bien y con cierta armonía, al fin de cuentas es casi instintivo resaltar la belleza natural, la supervivencia de los más bellos. Logré sobrevivir y sentirme bien conmigo, con lo que me tocó llevar.

Más allá de esa mirada casi racional, lo que más me interesaba era el hecho de ver cómo se sometían a esa serie de rituales femeninos que buscan resaltar, sobresalir, atraer miradas, el largo proceso del maquillaje, del peinado, los perfumes las cremas y que se expresa en las tan populares frases como "la moda no incomoda" "quien quiere marrones, aguanta tirones" la belleza tiene su precio.

Ese sacrificio se expresa una vez más con una frase más contemporánea "un vera wang no se adapta a tu cuerpo, tu cuerpo se adapta a un vera wang" frase con la cual entendí las dinámicas que se tejen alrededor del pensamiento femenino y que a lo largo de la historia se han repetido constantemente, tu modificas tu cuerpo en torno a la moda o tendencia de acuerdo al momento histórico.

Al entender esa dinámica del pensamiento femenino, mi trabajo devela un suceso que data desde tiempos remotos y es la capacidad que tiene el ser humano de transformar su cuerpo y adaptarse o adoptar sistemas de acuerdo a las condiciones dadas, convencionalismos sociales de la época y otros factores naturales y culturales. En el presente, en mi entorno el control del cuerpo está sometido al medio circundante, teniendo en cuenta esta premisa me apropio de los preceptos de la moda con la capacidad de resistencia y sometimiento que este cuerpo, mi cuerpo, descubre y las enfrento a las dinámicas propias del contexto actual.

En mi trabajo se supera lo que la proxemia obliga, la desnudez, la cercanía del otro, el contacto con el medio, el cuerpo en exhibición y desinhibición, vencer la vergüenza y el atavismo de la expulsión del paraíso. Mari - en la Ciudad - Luz.

El cuerpo como soporte y como parte integral de la obra de arte es desde el principio de la expresión humana una constante de representación, las incisiones en la piel, tatuajes, peinados y los demás accesorios que usamos, hacen parte de un proceso cultural que vamos heredando y creando. Mi trabajo se orienta hacia la creación y la expresión de ideas y conceptos, la tarea apenas inicia.

© 2017 Mari Luz Gil. Medellín/Colombia
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